Lunes, 8 de julio de 2019

¡Hola, Benjamín!

Ahora son las doce. En punto. Pretendo no alargar demasiado esta carta y pretendo que sea el punto de partida para nuevos propósitos en esa parcela mía de escritor.

Ha pasado tiempo desde que nos escribimos. En tu última carta me hablabas de tu nuevo proyecto que ahora has comenzado a mover. A mí se me ocurrió hacer eso mismo con «El jardín de Marta». Olvidada esa historia en mi ordenador, después de haber intentado publicarla de varias maneras, de haberla compartido de forma gratuita con amigos y seguidores de este blog y de, incluso, probar suerte con el medio digital, siempre pensé que el camino de Marta era convertirse en papel tarde o temprano. Estuve tentado de poner mi propio de dinero en ello, de convertir «El jardín de Marta» en una historia ilustrada en la que involucré a mi hermano, hasta que cayó en el olvido otra vez y… No sé por qué decidí un día más que merecía la pena enviarla a una editorial. Lo hice. Y cuando me olvidé de todo, recibí un correo.

«El jardín de Marta» se publicó hace unos meses y es la prueba de que si alguien cree en una historia de verdad y es buena (y creo que «El jardín de Marta» es una buena historia cargada de intención) tarde o temprano un editor o editora creerá en ese proyecto.

Así que tengo que dar las gracias a Cazador de ratas por confiar en una historia que ha madurado con el paso del tiempo y que ahora está disponible para quienes quieran hacerse con un ejemplar, con una preciosa portada y un estupendo trabajo de edición. Una historia que habla de un mundo gris que se está muriendo y en donde una anciana solo quiere vivir en paz y recuperar el hermoso lugar que vio nacer (o que dio la vida). Es una historia que, en realidad, habla de una aniquilación.

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SPOILER: Al final de «El jardín…» lo que ve Marta es un nuevo mundo… Pero un mundo que se ha alzado de las cenizas de un fracaso. La bondad de un hombre no fue suficiente, tampoco que se abrieran los ojos de esos poderosos que podían evitar el fin de un mundo que ya estaba muerto. No sé qué ocurrirá con nuestro planeta. Pero él permanecerá. Es el hombre el que corre el riesgo de desaparecer para siempre. Como en «El jardín…».

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Tras el apartado obligatorio de autopromoción, además por un buen motivo, he echado un vistazo a la última carta que te escribí y he encontrado esto:

  • Voy a seguir escribiendo, como hasta ahora, cuando me apetezca y lo que me apetezca.
  • Voy a publicar de forma gratuita, ya sea a través de este blog o a través de una nueva página web todo lo que escriba.
  • Publicaré un relato cada semana.
  • Los mejores puede que formen parte de un libro recopilatorio, que quizá venda en formato digital o impreso a través de un crowfunding, si hay suficientes interesados (aunque este paso depende de muchas cosas y tampoco es el fin último de mi decisión).
  • Si alguna editorial se interesa por lo que hago, sólo tiene que ponerse en contacto conmigo (de nuevo, esto es secundario, pero no soy tan tonto como para cerrarme las puertas a nada ni a nadie).

He escrito muy poco. No publiqué nada de forma gratuita. Ni tampoco he recopilado nada. De hecho, el año pasado fue bastante nefasto en cuanto a mi producción y este año tampoco está siendo mejor. He publicado un libro, sí, de lo cual me alegro horrores. Pero no ha sido porque una editorial se haya puesto en contacto conmigo. YO me puse en contacto con ellas.

Respecto a esto, me animé a enviar otra historia que tenía, de corte fantástico. Es una historia compleja que se construye alrededor de la idea de un monstruo que habita la profundidad de un bosque. Está lleno de personajes y de reflexiones y… una editorial malagueña se ha interesado en su publicación. Tenía muchas ganas de trabajar con ellos porque les sigo prácticamente desde su nacimiento y ya se interesaron por algunos de mis relatos. Así que el año que viene espero que pueda salir a la venta ese libro que tengo muchas ganas de poder tocar.

Todo esto me ha animado a buscar de nuevo el ánimo y el tiempo para ponerme con algunos proyectos nuevos y otros que dejé en el aire. Vivimos en un momento de explosión de editoriales y de oportunidades para los nuevos autores. Puede que el mercado de lo fantástico brinde más opciones a los autores que se embarcan a escribir ese tipo de historias, pero creo que hoy día las oportunidades se han multiplicado para todos.

Este año, además, comencé a colaborar de forma más activa con una revista llamada TALES. Lleva en el mercado un tiempo y su editor ha hecho un esfuerzo enorme para situarla como una de las más importantes revistas del relato corto en España. Ha conseguido publicar a una gran cantidad de autores y autoras de renombre, publicar entrevistas a los escritores y escritoras del momento. Aparecen reseñas de libros de relatos y artículos de una gran calidad. Yo me encargo de parte de la revisión y selección de los relatos que envían autores y autoras noveles. Porque el espíritu que impulsó el nacimiento de TALES fue darles a ellos la oportunidad de publicar en una revista de calidad junto a autores reconocidos; ser un escaparate y un pequeño apoyo para esas autoras y autores que escriben en la sombra y que sueñan como nosotros seguimos soñando.

Colaborar con TALES es una de las mejores cosas que me han pasado en esto de escribir. Nunca pensé que podría llegar a colaborar en una revista como esta, aunque siempre lo deseé. Y tampoco me empeñé en que eso pasara: sucedió de forma natural, como un paso más de una relación que llevaba caminando desde hace largo tiempo, cuando publiqué un relato en el número dos de esta revista.

TALES publicará el número 12 dentro de unos meses y yo leo, leo, leo y leo. Estoy aprendiendo muchísimo. Es una clase acelerada. Leer tantas historias de tantos autores distintos me hace pensar en lo que yo escribo. Me permite verme de una manera todavía más fría. Me sitúa al otro lado, en la parte del editor, de una forma radical. Todas esas lecturas de cientos de relatos, me han hecho meditar mucho en cómo escribo. No sé si se notara o no en el resultado cuando pueda volver a escribir, pero creo que no volveré a escribir como escribía antes.

Leo relatos y solo veo palabras. A veces presiento la intención. Otras veces siento algo más allá, algo que empapa las palabras. Por desgracia, muchas veces se diluye ese propósito. Historias que solo persiguen hablar de uno mismo, como una carta escrita a un amigo en donde se relata aquel día en que no pasó nada pero podría haber pasado algo, se repiten una y otra vez. Historias a las que les cuesta mucho arrancar o donde hay un cebo que luego se enreda en otras cosas y en otras cosas y en otras cosas, hasta que ya todo es un lío aburrido y sin propósito. Es difícil escribir. Cada vez que comienzo a leer una historia de un desconocido me doy cuenta de lo difícil que es, porque el noventa por ciento de esas historias, aunque estén bien escritas, no son más que palabras detrás de palabras.

Pero pienso en los sueños de quienes las han tecleado. Me siento identificado con esas sombras al otro lado de la pantalla cuando empiezo a leer. No me tiembla el pulso, sin embargo, cuando algo no me gusta. No me importa si lo ha escrito un hombre o una mujer, si ha publicado antes o no, si tiene amigos famosos, si es mi amigo. Yo busco algo que me remueva, algo que me atrape, que me meta de cabeza en su mundo. Es difícil, sí, muy difícil. Pero los hay que lo consiguen, y entonces…

La decisión final de que un relato u otro aparezca en TALES no es mía. Pero me alegro mucho de que un relato que he escogido entre cientos aparezca en las primeras páginas de la revista y que un buen puñado de personas puedan leerlo. TALES tiene una tirada de mil ejemplares y una distribución nacional. Está y estará abierta a la recepción de manuscritos. Cada número envían centenares de personas sus relatos a TALES. Y yo leo, leo, leo y leo. Y yo aprendo.

El camino es largo y vamos alcanzando pequeñas metas. No sé si habrá una meta final o todo será solo camino. Por eso hay que disfrutar leyendo y escribiendo y no esperar nada más.

Ojalá tengas mucha suerte y consigas publicar tu nueva novela de la mano de alguna editorial. Si no, simplemente hay que seguir tecleando una nueva historia y esperar a otro momento, para lo nuevo o para lo viejo.

Son las 12:40 y después de casi mil quinientas palabras creo que es hora de preparar todo esto para que aparezca publicado en el blog. No sé cuándo nos volveremos a escribir y qué habrá pasado entonces. Pero seguro que serán cosas que nos harán ser un poco mejores.

¡Un abrazo, Benjamín!

5 respuestas a “Lunes, 8 de julio de 2019

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  1. ¡Hola, Toni! Me alegra recibir tu carta y saber que tus historias resultan atractivas para las editoriales. ‘El jardín de Marta’ es una novelita preciosa que merece estar en las librerías y, sobre todo, acumular muchos lectores. ¿La que te va a publicar la editorial malagueña es la del tocón? A mí me encantó.
    En cuanto a TALES, te dije hace tiempo que mandaría algún relato, pero aún no lo he hecho, y, por lo que cuentas, con semejante nivel de oferta que te publiquen algo es casi tan difícil como concitar el interés de una editorial seria. Pero lo mantengo en las tareas pendientes.
    Me gustaría mantener esta correspondencia, aunque sea bastante más espaciada que cuando empezamos, porque sigo teniendo cosas (creo que) interesantes que compartir sobre mi aventura literaria. Así que prometo escribir una nueva carta pronto.
    ¡Un abrazo!

    1. A mí también me gustaría seguir con estas cartas porque, además, me sirven para analizar un poco cómo están las cosas, hablar de proyectos y de otras tantas cosas relacionadas con el mundo del escritor novel e/o independiente. A ver si así me impongo de nuevo una nueva rutina para tirar para adelante unas cuantas cosas que creo que tienen mucho potencial. Está claro que hemos pasado por muchas etapas y hemos ido aprendiendo a base de cosas buenas y de cosas malas, como con todo en esta vida, ni más ni menos.
      En cuanto a TALES, te animo a que lo hagas, a que envíes algún relato. Hace poco escribí unos consejos. Hay veces en las que si, uno quiere publicar en alguna revista como TALES (o ganar un concurso), tiene que fijarse más en según qué cosas, utilizar según qué herramientas, ser más frío a la hora de estructurar y no dejarse llevar por lo emocional. Aunque lo mejor es combinar ambas cosas, claro. Y ahí reside la verdadera dificultad. Pero plantearte escribir para un concurso o una revista puede ser un ejercicio interesante para ponerte a prueba y ser más cerebral y sacar un poco la artillería pesada.
      En fin, que espero esa carta y que podamos seguir charlando de vez en cuando de cómo nos va la cosa. Siempre es un placer. ¡Un abrazo!

  2. Reblogueó esto en la recachay comentado:
    Mi colega Toni Cifuentes retoma ese ejercicio tan interesante que hace unos años bautizamos como ‘Cartas a un escritor’ y que espero que mantengamos vivo durante mucho tiempo. Como siempre, merece la pena leer sus reflexiones.

  3. Siempre es una alegría leeros, sobre todo reencontrarme con Toni. Interesante carta, como todas las anteriores. Estoy segura que el recorrido literario, Toni, será largo (y fructífero), y que lo comentado en tu carta, es solo el inicio del mismo.
    Un saludo,
    Covi

    1. Espero que pueda seguir publicando de vez en cuando. Solo me hace falta tener tiempo y tengo que encontrarlo sea como sea. Escribir me descarga de tensiones, me relaja, me lo paso bien y creo que tengo muchas cosas que harían disfrutar a unos cuantos lectores. Ojalá pueda ponerme con esos proyectos pronto y pueda compartirlo con vosotros. Muchas gracias, Covi, por los buenos deseos. Es un largo camino y siempre me parece que acabo de empezar. ¡Un saludo!

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